EL DIGESTO DE JUSTINIANO- MISTICA PITAGORICA Y SISTEMA CLASICO


EL DIGESTO DE JUSTINIANO.
MÍSTICA PITAGÓRICA Y SISTEMA CLÁSICO*.


Fabio Espitia Garzón*


Resumen.

Acerca del “método” seguido por los compiladores  del Digesto de  JUSTINIANO y sobre si cada uno de ellos leyó y escogió personalmente las obras clásicas, se han dado de antaño explicaciones, las teorías de las masas,  de la división del trabajo de las comisiones y  del predigesto. No obstante, éstas no explican, el por qué de la división en 50 libros y la parcelación en 7 partes, ni los criterios adoptados para la disposición de materias.

En relación con el primer asunto, se pretende comprobar que la insuficiencia de las respuestas que ha dado la romanística es fruto de la tendencia a imponer conceptos modernos para interpretar la realidad romana, y que tanto las divisiones ordenadas son fruto de una línea de pensamiento que conectó el misticismo matemático pitagórico platónico con la experiencia místico religiosa del periodo cristiano.

Por cuanto se refiere al segundo, se busca establecer cómo el Digesto de Justiniano siguió la estructura del Digesto de Juliano, es decir, que si pudiera hablarse de un predigesto, éste lo habría sido.

Palabras clave.

Digesto. Mística pitagórica. Escuela de Alejandría. Predigesto.


I. Introducción.

Sólo tres años después, Triboniano, magister officiorum o superintendente de las cancillerías imperiales, distinguido con el cargo de quaestor sacri palatii,  Doroteo y Anatolio, profesores de derecho de la escuela de Beirut, Teófilo y Cratino, profesores de la escuela de Constantinopla, y otros abogados de la capital, dieron por terminada la tarea impuesta por el emperador Justiniano: incorporar en su solo texto el legado de la jurisprudencia romana.

Allí encontraron lugar obras de los juristas republicanos Quinto Mucio Escévola,  Alfeno Varo y  Antistio Labeón; no las de Sexto Elio Peto, Publio Elio Peto, Porcio Catón, Publio Mucio Escévola, Bruto, Manilio, Publio Rutilio Rufo, Paulo Virginio, Quinto Tuberón, Publio Lucio Craso Muciano, Aquilio Galo, Servio Sulpicio Rufo, Aulo Ofilio, Trebacio Testa, Tuberón y Ateyo Capitón.

También se incorporaron las de algunos de la primera generación del principado: Próculo, Javoleno Prisco, Publio Juvencio Celso hijo y Neracio Prisco; no las de Masurio Sabino, Cayo Casio Longino, Celio Sabino, Pegaso, Nerva padre, Nerva hijo y Celso padre.

El mayor aporte fue de los denominados juristas burócratas, descollan las obras de Salvio Juliano, Sexto Cecilio Africano, Ulpio Marcelo, Cervidio Escévola, Papiniano, Domicio Ulpiano, Julio Paulo y Herenio Modestino. Contemporáneos de éstos aunque alejados del poder, también encontraron lugar las de: Gayo, Pomponio, Volusio Meciano, Venuleyo Claudio Saturnino[1], Tarruterno Paterno, Papiro Justo, Calístrato, Arrio Menandro, Tertuliano, Claudio Trifonino, ValenteLicinio Rufino, Emilio Macer, Julio Aquila, Rutilio Máximo y Elio Marciano. Las de Minicio Natal y Urseyo Ferox conocidas sólo por los comentarios de Juliano, no fueron incorporadas.

Fueron agregados además apartes de juristas posteriores, como Furio Antiano[2], Arcadio Carisio y Hermogeniano, “cuya identidad con el magister libellorum de Diocleciano en el bienio 293-294 d.C. ya no se discute”[3].

Finalmente, fueron incorporados fragmentos del llamado Libro único de las reglas de Ulpiano (Liber singularis regularum)[4] (segunda mitad s. III d.C.), de las Sentencias de Paulo (Pauli Sententiae)[5] (fines s. III o inicio s. IV d.C), y de las Reglas o Epítome de Ulpiano (Epitome Ulpiani)[6] (posiblemente de época constantiniana[7]).

Acerca del “método” seguido por los compiladores y sobre si cada uno de ellos leyó y escogió personalmente las obras clásicas, se han dado de antaño explicaciones, las teorías de las masas[8],  de la división del trabajo de las comisiones[9] y  del predigesto.

Empero, éstas no explican, de un lado, el por qué de la división en 50 libros y la parcelación en 7 partes, y de otro, los criterios adoptados para la disposición de de materias.

La única respuesta que se ha intentado dar al primero de los asuntos es la de su probable relación con las llamadas Quinquaginta decisiones, tomadas por el emperador en el intervalo entre la publicación del Codex del 529 y el inicio de la compilación del Digesto, no obstante, a parte de que tal razón no pasa de ser una conjetura, tampoco explica la parcelación en 7, que, se dice, o no tiene explicación[10] o sólo tuvo razones didácticas[11].

También el orden dado por los compiladores a las materias se ha llegado a considerar simplemente arbitrario[12], y cuando se intenta explicar, se acude al orden del edicto perpetuo, aunque el único fundamento sea la recomendación dada por Justiniano a los miembros de la comisión legislativa, y deban reconocerse grandes diferencias entre uno y otro[13].

II. La división en 50 libros y 7 partes: De pitágoras a la mística cristiana.

Pienso que la insuficiencia de las respuestas a los dos primeros asuntos es fruto de la tendencia, desafortunadamente no extraña, a imponer conceptos modernos para interpretar la realidad romana[14], y que tanto la división en 50 libros como la subdivisión en 7 partes encuentra razón de ser en una línea de pensamiento que conectó el misticismo matemático pitagórico platónico con la experiencia místico religiosa del periodo cristiano.

Se ha señalado que la simbología mística del 7 fue también por Varrón, para explicar la formación de la ciudad[15], la gestación y el nacimiento (Gel. 3, 10, 7-8), y hasta el advenimiento de la pubertad[16], y que Cicerón - quien afirmaba que “el verbo de Pitágoras no ha dejado de resonar en Roma” -,  acudió a la visión mística pitagórica de los números 7 y 8, para subrayar que a su conjunción, los 56 años, la república romana debería reconocer las gestas de Escipión Emiliano.

“En este momento, tú, Africano, deberás descubrir a la patria la luz de tu valeroso ingenio y de tu prudencia; pero veo la ruta, diría, del destino como doble en este momento. Cuando tu edad haya cumplido siete veces ocho giros solares, y estos dos números, que se tienen los dos como perfectos por distintas razones, hayan completado por natural circuito la edad destinada, la ciudad se volverá entera solo hacia ti y hacia tu apellido” (Cic. De Rep. 6, 12).

El mismo orador consideró al número 7 “la clave de todas las cosas” (Cic. De Rep. 6, 18), evocó que Senócrates, el discípulo de Platón, identificaba el alma con el número (Tusc. 1, 10, 20), la importancia esencial que éste tenía para la explicación del reino de lo material (Tusc. 1, 10, 20), y señaló que los pitagóricos no daban explicaciones de sus opiniones a menos que se tratase de demostraciones matemáticas o geométricas (Tusc. 1, 17, 39).

Aunque la obra de Nicómaco de Gerasa, filósofo neopitagórico y matemático oriental griego de comienzos de época de los Antoninos, sólo es conocida por filósofos, matemáticos y místicos posteriores, su incidencia en Occidente y Oriente es indiscutible, como lo demuestran las obras de Jámblico, filósofo neoplatónico, Boecio, “el último de los romanos”, cristiano, cónsul en la Roma ocupada por los ostrogodos y nostálgico de la ciencia griega[17], y Juan Filopón “El Gramático”[18], cristiano converso de la Escuela de Alejandría, que vivió bajo Zenón, Anastasio, Justino y Justiniano.

El uso pitagórico de los números fue acogido por Plotino, para explicar a Dios, este místico egipcio neoplatónico que vivió en Roma en la segunda mitad del siglo III, diferenciaba entre el Uno como número “esencial” y el número como número “cuantitativo”: … “Y es que aun la naturaleza de los números cuantitativos imita, en su relación con la unidad que es su principio, a la de los Números anteriores en su relación con el Uno sustantivo […] Pero volvamos a nuestra tesis de que el Primero permanece el mismo aun cuando provengan otros de él. Pues bien, en los números, permanenciando, eso sí, la unidad, pero operando un principio distinto, por virtud de éste se origina el número. En cambio, en el Número especial, el Uno permanece, si anterior a los Seres, y en este casocon mayor razón, pues permanenciendo él, sino que de él mismo se basta para engendrar a los Seres. Y del mismo modo que allá, en el caso de los números, había en todos una forma, la del primero, o sea, la de la mónada, en unos primariamente y en otros secundariamente, sin que participara por igual cada uno de los posteriores a ella, así también aquí, cada uno de los posteriores al primero posee en sí una como Forma de aquél. Allá la participación de la mónada primera hizo subsistir la cantidad de los números; acá, hizo subsistir la Esencia de los Números, de tal manera, de tal manera que su Ser sea una huella del Uno. Decir que este Ser proviene del Uno, es atinar con la verdad. Lo demuestra la denominación de <> […]. Pero bien puede ser que aun el nombre de <> comporte negación de multiplicidad. De ahí que los pitagóricos lo designaran entre sí con el nombre simbolico de <>, negando así toda multiplicidad” (Eneada. 5.5.5), asimismo, hacía depender todo del valor del número “…de esta manera es como la naturaleza acopla cada multiplicidad y cada uno de los seres a sus respectivos números, a sabiendas de que, si cada ser no se acoplara a su respectivo número, o no existiría en absoluto o sería otra cosa, algo desajustado, al quedar carente de número y de razón”[19].

Jámblico, que escribió entre fines del siglo III y comienzos del IV y laboró en la Escuela de Siria, se presentó como simple expositor de las ideas de Nicómaco[20], e hizo una abierta elegía al número 10, “símbolo de Dios y del universo”[21]; mientras que al dar continuidad al pensamiento de Cicerón, Macrobio, gramático pagano de fines del siglo IV y comienzos del V, reseñaba en sus Comentarios al Sueño de Escipión (Commentarii in Somnium Scipionis), cómo para los pitagóricos el número más exacto era el 8: “Los pitagóricos le llamaban el verdadero número de la justicia” (Pythagorici vero hunc numerum iustitiam vocaverunt” (Com. 1.5.17).

Con fundamento en el fragmento del libro de la Sabiduría de Salomón “has ordenado todas las cosas en medida, número y peso”, Agustín de Hipona pudo interpretar el universo cristiano en el apasionado entorno filosófico que rodeó el llamado “periodo patrístico”, a través de la mística pitagórica y neoplatónica, el catedrático de retórica, sacerdote y obispo, definió así como “perfectos” tanto el número 3 como el 6, el primero por tener un principio, un medio y un final 1, 12, 22), el segundo por ser aquél cuyas partes enteras una vez sumadas le dan como resultado por ser ser a su vez resultado de su sexta parte, su tercera y la mitad (De Genesi al litteram 4, 2), “[…] y no porque Dios creara todas las cosas en seis días, lo que parece cierto. Dios creó todas las cosas en seis días porque el número es perfecto (Civitas Dei 11, 30), el 10 adquiere asimismo, valor “extraordinario”, porque cuando se avanza hasta él los números “regresan al uno”, al origen (De musica 1, 12, 26)[22]

Los 2 libros de Aritmética de Boecio escritos en homenaje al patricio Símaco, no sólo fueron una remodelación de la Introducción aritmética de Nicómaco - como indicaba en el prefacio -, sino una brillante simbiosis de tradición pitagórico platónica y cristianismo, en ellos trató de los diversos métodos de la clasificación de los números y les dio una particular interpretación mística de los números escriturarios, con énfasis en la importancia del diez:

“Entre los hombres de autoridad inveterada que guiados por Pitágoras han mostrado el resplandor supremo de su espíritu y la fuerza de su pensamiento, se tiene la opinión de que no llegó nadie en los conocimientos de filosofía a la perfección consumada si el acrecimiento de tan noble sabiduría no pisaba, por así decir, en cuatro vías […] Todo lo que a partir de la naturaleza primigenia de las cosas se ha constituido, parece formado en razón de los números. En efecto, esto fue un motivo principal en el ánimo del creador. A partir de aquí una masa de los cuatro elementos fue cambiando, y de aquí las fases en el tiempo, de aquí el movimiento de los astros y el desplazamiento circular del cielo. Siendo esto así la posición de todas las cosas se fragua por una combinación de números, es preciso que ese número permanezca siempre estable en la misma sustancia, y no esté compuesto de otros diversos  […] Entre los antiguos se admitían y conocían todas aquellas de las que tuvieron conocimiento Pitágoras, Platón o Aristóteles; estas son las tres medias: aritmética, geométrica y armónica. Después de estas relaciones proporcionales, hay otras tres que no se conocen con un nombre determinado, pero que se designan como cuarta, quinta y sexta, y son opuestas a las que hemos citado antes. Pero los que vinieron después, por la perfección del número diez, que era el que más complacía a Pitágoras, añadieron otras cuatro medias, para que formaran un corpus en estas proporciones de la decena. De ahí también que en la descripción aristotélica de las diez categorías y antes en la de Arquitas, se encuentra claramente la decena pitagórica, puesto que Platón, muy respetuoso con Pitágoras, hace sus divisiones según este cómputo, y el pitagórico Arquitas antes de Aristóteles, aunque sea ambiguo en ciertas cuestiones, establece estas diez categorías”[23].

Los juristas bizantinos de inicios del siglo VI no fueron ajenos a esta visión cosmogónica filosófica pagana y cristiana, de un lado, uno de los centros culturales de la época era la Escuela de Alejandría, en la que descollaba Juan Filopón, quien si bien buscaba particularmente oponer a la idea griega del universo increado y eterno, la cristiana de una creación divina temporal[24], también escribió un trabajo sobre la Introducción aritmética de Nicómaco, donde hizo énfasis en la visión polisémica el número[25], y de otro, antes de dedicarse al estudio del derecho, aquellos debían asistir a cursos preparatorios en gramática, retórica y filosofía[26].

Lo anterior podría explicar, de una parte, que cuando Justiniano ordenó compilar y ordenar los miles de fragmentos de este grandioso “código antología”[27] hubiese advertido que “debe construirse con obra excelente” (oportet eam pulcherrimo opere exstruere) y ordenó dividirlo en 50 libros y determinados títulos, pues debía quedar protegido “como rodeado de un muro” (quasi quodam muro vallatum) (Const. Deo auctore 5), y de otra, que concluida la compilación, hubiese aseverado que la división en 50 libros y de estos en 7 partes no se hacía “inadvertidamente ni sin razón, sino atendiendo a la naturaleza y combinación de los números (non perperam neque sine ratione, sed in numerorum naturam et artem respicientes) (Const. Tanta 1).

La llamada razón “misteriosa” del uso de los números[28] podría entonces develarse: el 7 de la “perfección”, suma entre otras cosas del impar 3, que representaba el espíritu, y el par 4 que representaba la materia, y ese apelativo o uno similar pudo tener el 50, unión del 5 que representaba el pentagrama místico, y la decena, el número “preferido” de Pitágoras o símbolo de Dios y del universo de Jámblico.

Y aparte que la relación 50-7 tenía soporte de filosófico, matemático y geométrico de antaño[29], puede plantearse, así sea como conjetura, que la  división interna de cada una de las partes, también pudo tener esas motivaciones[30].

III. Disposición de materias y estructura del Digesto: De Juliano a Justiniano.

En relación con el orden dado por los compiladores a las materias, cabe pensar que igual a lo sucedido con las Institutiones - que replicaron el esquema de Gayo -, el Digesto de Justiniano fue diseñado con fundamento en el Digesto de Juliano, es decir, que si pudiera hablarse de un predigesto, éste lo habría sido, al menos en cuanto su estructura.

Se conocen, gracias a la labor de los compiladores, fragmentos de los Digesta clásicos de: Alfeno Varo -tanto en el epítome anónimo, como en el Paulo-[31], Cervidio Escévola[32], Celso[33], Juliano[34] y Marcelo[35].

Del Digesto de Juliano, escrito o al menos iniciado antes de la redacción del edicto perpetuo[36], los compiladores incorporaron 375 fragmentos, en casi todos los libros del Digesto de Justiniano (con excepción del 29 y el 31), que para demostrar la hipótesis que se plantea, pueden ser divididos en varios grupos:

El primero lo conforman 131 fragmentos de los primeros 56 libros del Digesto de Juliano, en los que se corrobora idéntica secuencia y correspondencia temática:


JULIANO
JUSTINIANO
TÍTULO DEL DIGESTO DE JUSTINIANO
1
D.1.18.8.
De officio praesidis
2
D.2.10.3.
De eo, per quem factum erit, quo minus quis in iudicio sistat
3
D.3.3.75.
De procuratoribus et defensoribus
3
D.3.5.30.
De negotiis gestis
4
D.4.8.47[50].
De receptis, qui arbitrium receperunt, ut sententiam dicant
4
D.4.8.49[52].
De receptis, qui arbitrium receperunt, ut sententiam dicant
5
D.5.1.74.
De iudiciis et ubi quisque agere vel conveniri debeat
6
D.5.3.54[57].
De hereditatis petitione
7
D.6.1.34.
De rei vindicatione
7
D.8.2.32[31].
De servitutibus praediorum  urbanorum
7
D.8.2.37[36].
De servitutibus praediorum  urbanorum
7
D.8.3.27.
De servitutibus praediorum  rusticorum
7
D.8.5.16.
Si servitus vindicetur, vel ad alium pertinere negetur
8
D.10.1.9.
Finium regundorum
8
D.10.2.51[52].
Familiae erciscundae
8
D.10.3.24.
Communi dividundo
9
D.10.4.8.
Ad exhibendum
10
D.11.7.18.
De religiosis, et sumtibus funerum, et ut funus ducere liceat
10
D.12.1.19.
De rebus creditis, si certum petetur, et de condictione
10[37]
D.12.2.12.
De iureiurando sive voluntario, si necessario, sive iudiciali
10
D.12.2.39.
De iureiurando sive voluntario, si necessario, sive iudiciali
10
D.12.4.11.
De condictione causa data causa non secuta
10
D.12.6.20.
De condictione indebiti
10
D.12.6.32.
De condictione indebiti
11
D.13.5.2.
De pecunia constituta
11
D.13.5.23.
De pecunia constituta
11
D.13.7.28.
De pignoraticia actione, vel contra
11
D.14.3.12.
De institoria actione
11
D.14.4.8.
De tributoria actione
12
D.14.4.12.
De tributoria actione
12
D.14.6.14.
De senatusconsulto Macedoniano
12
D.15.1.16[17].
De peculio
12[38]
D.15.1.28[29].
De peculio
12
D.15.1.37[38].
De peculio
12
D.16.1.14.
Ad senatusconsultum Velleianum
13
D.16.3.15.
Depositi vel contra
13
D.17.1.30.
Mandati vel contra
14
D.17.1.31.
Mandati vel contra
15
D.18.1.39.
De contrahenda emtione, et de pactis inter emtorem et venditorem…
15
D.18.2.17[20].
De in diem addictione
15
D.18.4.18.
De hereditate vel actione vendita
15
D.18.5.5.
De rescindenda venditione, et quando licet ab emtione discedere
15[39]
D.19.1.24[25].
De actionibus emti et venditi
15
D.19.2.16[18].
Locati, conducti
15
D.19.2.18[20].
Locati, conducti
15
D.21.2.8.
De evictionibus et duplae stipulatione
16
D.23.1.11.
De sponsalibus
16
D.23.2.18.
De ritu nuptiarum
16
D.23.3.44.
De iure dotium
16
D.23.3.46.
De iure dotium
16[40]
D.23.3.47.
De iure dotium
16[41]
D.23.4.13.
De pactis dotalibus
16[42]
D.23.4.18
De pactis dotalibus
16[43]
D.23.4.21.
De pactis dotalibus
16
D.23.5.7.
De fundo dotali
16
D.24.3.30.
Soluto matrimonio dos quemadmodum petatur
18[44]
D.24.3.31.
Soluto matrimonio dos quemadmodum petatur
19[45]
D.25.2.22.
De actione rerum amotarum
19
D.25.3.2.
De agnoscendis et alendis liberis, vel parentibus, vel patronis,…
20[46]
D.26.3.3.
De confirmando tutore vel curatore
21
D.26.7.18[17].
De administratione et periculo tutorum et curatorum, …
21
D.26.8.12.
De auctoritate et consensu tutorum et curatorum
21
D.26.8.13.
De auctoritate et consensu tutorum et curatorum
21
D.27.2.4.
Ubi pupillus educari vel morari debeat, et de alimentis ei praestandis
21
D.27.4.2.
De contraria tutelae et utili actione
21
D.27.4.4.
De contraria tutelae et utili actione
21
D.27.8.3.
De magistratibus conveniendis
21
D.27.8.5.
De magistratibus conveniendis
21
D.27.10.7.
De curatioribus furioso et aliis extra minores dandis
29
D.28.2.13.
De liberis et postumis heredibus instituendis vel exheredandis
30
D.28.5.7.
De heredibus instituendis
30
D.28.5.16.
De heredibus instituendis
30
D.28.5.22.
De heredibus instituendis
30
D.28.5.38.
De heredibus instituendis
30
D.28.5.40.
De heredibus instituendis
30
D.28.6.19[17].
De vulgari et pupillari substitutione
30
D.28.6.27[25].
De vulgari et pupillari substitutione
30
D.28.7.13.
De conditionibus institutionum
30
D.29.2.43.
De acquirenda vel ommitenda hereditate
31
D.29.4.22.
Si quis omissa causa testamenti ab intestato, […]
31
D.30.18.
De legatis et fideicommissis
32[47]
D.30.79.
De legatis et fideicommissis
32
D.30.81.
De legatis et fideicommissis
33
D.30.6.
De legatis et fideicommissis
33
D.30.82.
De legatis et fideicommissis
33
D.30.84.
De legatis et fideicommissis
34
D.30.86.
De legatis et fideicommissis
36
D.30.89.
De legatis et fideicommissis
36
D.30.91.
De legatis et fideicommissis
36
D.33.5.11.
De optione vel electione legata
36
D.34.3.11.
De liberatione legata
36
D.34.5.11.
De rebus dubiis
39
D.36.1.23.
Ad Senatusconsultum Trebellianum
39
D.36.1.25.
Ad Senatusconsultum Trebellianum
40
D.36.1.27.
Ad Senatusconsultum Trebellianum
41
D.39.1.6.
De operis novi nuntiatione
41
D.39.1.13.
De operis novi nuntiatione
42
D.40.2.4.
De manumissis vindicta
42
D.40.2.5.
De manumissis vindicta
42
D.40.4.17.
De manumissis testamento
42
D.40.5.47.
De fideicommissariis libertatibus
43
D.40.7.13.
De statuliberis
44
D.41.1.37.
De acquirendo retum dominio
44
D.41.2.38.
De acquirenda, vel amittenda possessione
44
D.41.3.33.
De usurpationibus et usucapionibus
44
D.41.4[5].7
Pro emtore
44
D.41.5[6].2.
Pro herede, vel pro possessore
45
D.42.1.61.
De re iudicata, et de effectu sententiarum, et de interlocutionibus
46
D.42.6[7].6.
De separationibus
47
D.42.7[8].5.
De curatoris bonis dando
48
D.43.7.2.
De locis et itineribus publicis
48
D.43.16.17.
De vi, et de vi armata
49
D.43.26[25].19.
De precario.
49
D.43.33[32].1.
De Salviano interdicto
50
D.44.1.13.
De exceptionibus, praescriptionibus et praeiudiciis
51
D.44.2.8.
De exceptione rei iudicatae
51
D.44.2.10.
De exceptione rei iudicatae
51
D.44.2.16.
De exceptione rei iudicatae
51
D.44.2.25.
De exceptione rei iudicatae
52
D.45.1.56.
De verborum obligationibus
52
D.45.2.6.
De duobus reis constituendis
52
D.45.3.1.
De stipulatione servorum
52
D.45.3.10.
De stipulatione servorum
53
D.46.1.7.
De fideiussoribus et mandatoribus
53
D.46.1.16.
De fideiussoribus et mandatoribus
54
D.46.3.13.
De solutionibus et liberationibus
54
D.46.3.34.
De solutionibus et liberationibus
54
D.46.4.17.
De acceptilatione
55
D.46.7.4.
Iudicatum solvi
55
D.46.7.14.
Iudicatum solvi
56
D.46.8.22.
Ratam rem haberi, et de ratihabitione

La secuencia sólo se interrumpe por 41 fragmentos tomados de los libros 17, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, y parte de los libros 22[48], 35 y 39 del  Digesto de Juliano, que fueron trasladados en bloque a otras partes del Digesto de Justiniano:

JULIANO
JUSTINIANO
TITULO DEL DIGESTO DE JUSTINIANO
17
D.39.5.1.
De donationibus
17
D.39.5.14.
De mortis causa donationibus et capionibus
17
D.39.6.13.
De mortis causa donationibus et capionibus
22
D.9.4.16.
De noxalibus actionibus
22
D.9.4.40.
De noxalibus actionibus
22
D.13.1.14.
De condictione furtiva
22
D.38.1.11.
De operis libertorum
22
D.38.1.23.
De operis libertorum
22
D.47.2.56[58].
De furtis
22[49]
D.47.6.2.
Si familia furtum fecisse dicetur
22
D.47.6.4.
Si familia furtum fecisse dicetur 
23
D.37.4.13.
De bonorum possessione contra tabulas
23
D.37.5.2.
De legatis praestandis contra tabulas bonorum possessione petita
23
D.37.5.4
De legatis praestandis contra tabulas bonorum possessione petita
23
D.37.5.6
De legatis praestandis contra tabulas bonorum possessione petita
23
D.37.6.3.
De collatione bonorum
24
D.37.10.4.
De Carboniano Edicto
24
D.37.10.7.
De Carboniano Edicto
24
D.37.11.8.
De bonorum possessionibus secundum tabulas
26
D.38.2.11.
De bonis libertorum
26
D.38.2.13.
De bonis libertorum
26
D.38.2.21.
De bonis libertorum
26
D.38.5.6.
Si quid in fraudem patroni factum sit
26
D.38.5.8.
Si quid in fraudem patroni factum sit
27
D.38.6.2.
Si tabulae testamenti nullae extabunt, unde liberi
27
D.38.7.1.
Unde legitimi
27
D.38.7.4.
Unde legitimi
27
D.38.8.3.
Unde cognati
28
D.38.13.1.
Quibus non competit bonorum possessio
28
D.38.15.4.
Quis ordo in possessionibus servetur
35
D.7.1.34.
De usufructu eu quemadmodum quis utatur fruatur
35
D.7.2.4[5].
De usufructu accrescendo
35
D.7.4.7.
Quibus modis usus fructus vel usus amittitur
35
D.7.4.17.
Quibus modis usus fructus vel usus amittitur
35
D.7.5.6.
De usufructu earum rerum, quae usu consumuntur vel minuuntur
35[50]
D.7.6.3.
Si ususfructus petatur, vel ad alium pertinere negetur
35
D.7.6.4.
Si usufructus petatur, ved ad alium pertinere negatur
39
D.30.60.
De legatis et fideicommissis
39
D.30.92.
De legatis et fideicommissis
39
D.30.94.
De legatis et fideicommissis
39
D.30.96.
De legatis et fideicommissis

El que la secuencia termine en el libro 56 tiene varias explicaciones:

En los libros 57 y 58 Juliano seguía exponiendo el tema de las cauciones, pero los compiladores decidieron suprimir lo que hubieran sido títulos 9 y 10 del libro 46 e incorporar los 4 fragmentos pertinentes a otros libros y títulos del Digesto:

JULIANO
JUSTINIANO
TÍTULO DEL DIGESTO DE JUSTINIANO
57[51]
D.21.2.39.
De evictionibus et duplae stipulatione
58[52]
D.21.2.40.
De evictionibus et duplae stipulatione
58[53]
D.21.2.43.
De evictionibus et duplae stipulatione
58
D.39.2.42.
De damno infecto et de sugrundis et protectionibus

En los libros 59 al 90 Juliano se dedicaba, como era común en los Digesta clásicos, a específicos comentarios sobre leyes o senadoconsultos, como tal opción no fue acogida por los compiladores, los 55 fragmentos de esos libros fueron llevados, por convergencia temática,  a libros y títulos diversos del Digesto de Justiniano.

JULIANO
JUSTINIANO
TÍTULO DEL DIGESTO DE JUSTINIANO
59
D.1.3.10.
De legibus senatusque consultis et longa consuetudine
59
D.38.16[17].6.
De suis et legitimis heredibus
59
D.38.16[17].8.
De suis et legitimis heredibus
60
D.5.3.55[58]
De hereditatis petitione
60
D.39.5.2.
De donationibus
60
D.39.6.18[17].
De mortis causa donationibus et capionibus
60
D.50.17.66.
De diversis regulis iuris antiqui
61
D.35.2.51.
Ad legem Falcidiam
61
D.35.2.87[86].
Ad legem Falcidiam
62
D.23.2.11.
De rito nuptiarum
62
D.24.2.6.
De divortiis et repudiis
62
D.28.6.28[26].
De vulgari et pupillari substitutione
62
D.49.15.22.
De captivis et de postiliminio et redemptis ab hostibus
62
D.40.5.48.
De fideicommissariis libertatibus
63
D.29.7.4.
De iure codicillorum
64
D.28.5.42[40].
De heredibus instituendis
64
D.4.2.18.
Quod metus causa gestum erit
64
D.38.5.9.
Si quid in fraudem patroni factum sit
64
D.40.9.5.
Qui et a quibus manumissi liberi non fiunt, et ad legem Aeliam…
65
D.38.1.25.
De operis libertorum
65
D.38.2.24.
De bonis libertorum
68
D.43.24.14.
Quod vi aut clam
69
D.1.5.26.
De statu hominum
69
D.35.1.25.
De conditionibus et demonstrationibus et causis et modis eorum,…
69
D.49.15.23.
De captivis et de postliminio et redemptis ad hostibus
70
D.1.7.26
De adoptionibus et emancipationibus at aliis modis,…
70
D.30.99.
De legatis et fideicommissis
70
D.36.2.19.
Quando dies legatorum vel fideicommissorum cedat
73
D.44.7.19.
De obligationibus et actionibus
77
D.30.100.
De legatis et fideicommissis
78
D.6.1.56.
De rei vindicatione
78
D.28.6.30[28].
De vulgari et pupillari substitutione
78
D.30.101.
De legatis et fideicommissis
78
D.33.2.10.
De usu et usu fructu et reditu et habitatione et operis per legatum...
78
D.34.8.1.
De his, quae pro non scriptis habentur
80
D.39.6.19[18].
De mortis causa donationibus et capionibus
81
D.50.16.201.
De verborum significatione
81
D.30.102.
De legatis et fideicommissis
81
D.34.3.13.
De liberatione legata
82
D.35.1.26.
De conditionibus et demonstrationibus et causis et modis eorum,...
83
D.30.103.
De legatis et fideicommissis
84
D.1.3.32.
De legibus senatusque consultis et longa consuetudine
85
D.1.7.27.
De adoptionibus et emancipationibus at aliis modis quibus potestas…
86[54]
D.9.2.42.
Ad legem Aquiliam
86
D.9.2.47.
Ad legem Aquiliam
86
D.9.2.51.
Ad legem Aquiliam
86
D.14.2.6.
De lege Rhodia de Iactu
86
D.48.5.5.
Ad legem Iuliam de adulteriis coercendis
86
D.48.10.5.
De lege Cornelia de falsis, et de senatusconsulto Liboniano
87
D.50.17.67.
De diversis regulis iuris antiqui
88
D.45.1.59.
De verborum obligationibus
89
D.46.1.17.
De fideiussoribus et mandatoribus
90
D.1.3.11.
De legibus senatusque consultis et longa consuetudine
90
D.16.2.2.
De compensationibus
90
D.46.1.18.
De fideiussoribus et mandatoribus

De otro lado, otros 68 fragmentos fueron utilizados, por convergencia de materias, en libros y títulos diversos del Digesto de Justiniano:

JULIANO
JUSTINIANO
TÍTULO DEL DIGESTO DE JUSTINIANO
1
D.2.1.5.
De iurisdictione
1
D.5.1.25.
De iudiciis et ubi quiaque agere vel conveniri debeat
1
D.5.1.27.
De iudiciis et ubi quiaque agere vel conveniri debeat
5
D.1.21.3.
De officio eius, cui mandata est iurisdictio
5
D.42.1.60.
De re iudicata, et de effectu sententiarum, et de interlocutionibus
6
D.50.17.62.
De diversis regulis iuris antiqui
7
D.22.1.25.
De usuris et fructibus et causis et omnibus accessionibus et mora
8
D.5.4.7.
Si pars hereditatis petatur
9
D.9.4.39.
De noxalibus actionibus
10
D.47.12.6.
De sepulcro violato
12
D.46.1.11.
De fideiussoribus et mandatoribus
12
D.10.3.25.
Communi dividundo
12
D.35.2.83[82].
Ad legem Falcidiam
14
D.37.15.2.
De obsequiis parentibus et patronis praestandis
14
D.46.1.13.
De fideiussoribus et mandatoribus
16
D.12.4.7.
De condictione causa data causa non secuta
17
D.24.1.4.
De donationibus inter virum et uxorem
18
D.39.6.14.
De mortis causa donationibus et capionibus
20
D.27.1.20[22].
De excusationibus
22
D.45.1.54.
De verborum obligationibus
24
D.25.4.2.
De inspiciendo ventre custodiendoque partu
25
D.35.1.106.
De conditionibus, et demonstrationibus, et causis, et modis eorum,…
27
D.29.4.21.
Si quis omissa causa testamenti ab intestato,...
29
D.28.5.37.
De heredibus instituendis
31
D.35.1.21[20].
De conditionibus, et demonstrationibus,et causis, et modis eorum,...
32
D.33.5.9.
De optione vel electione legata
32
D.34.4.8.
De adimendis vel transferendis legatis vel fideicommissis
32
D.40.4.15.
De manumissis testamento
33
D.34.3.10.
De liberatione legata
33
D.44.7.17.
De obligationibus et actionibus
34
D.8.3.28.
De servitutibus praediorum rusticorum
34
D.32.59[58].
De legatis et fideicommissis
34
D.33.4.3.
De dote praelegata
34
D.33.5.10.
De optione vel electione legata
35
D.2.14.55[54].
De pactis
35
D.4.6.41.
Ex quibus causis maiores vigintiquinque annis in integrum….
35
D.35.1.22[21].
De conditionibus, et demonstrationibus, et causis, et modis eorum,…
35
D.36.2.16.
Quando dies legatorum vel fideicommissorum cedat
36
D.36.2.17.
Quando dies legatorum vel fideicommissorum cedat
36
D.37.5.17.
De legatis praestandis contra tabulas bonorum possessione petita
36
D.40.4.16.
De manumissis testamento
37
D.33.8.12.
De peculio legato
37
D.34.4.10.
De adimendis vel transferendia legatis vel fideicommissis
37
D.36.2.11.
Quando dies legatorum vel fideicommissorum cedat
37
D.36.2.18.
Quando dies legatorum vel fideicommissorum cedat
37
D.29.7.2.
De iure codicillorum
38
D.36.4.6.
Ut in possessione legatorum vel fideicommissorum servandorum....
39
D.29.7.3.
De iure codicillorum
39
D.34.3.12.
De liberatione legata
40
D.12.6.34.
De condictione indebiti
40
D.35.2.86[85].
Ad legem Falcidiam
42
D.28.1.12.
Qui testamenta facere possunt, et quemadmodum testamenta fiant
43
D.43.8.6.
Ne quid in loco publico vel itinere fiat
44
D.13.7.29.
De pignoraticia actione, vel contra
45
D.4.4.41.
De minoribus vigintiquinque annis
49
D.8.1.16.
De servitutibus
50
D.34.5.12.
De rebus dubiis
51
D.16.1.15.
Ad senatusconsultum Velleianum
51
D.46.1.15.
De fideiussoribus et mandatoribus
52
D.38.1.24.
De operis libertorum
52
D.46.3.33.
De solutionibus et liberationibus
54
D.19.1.25[26].
De actionibus emti et venditi
54
D.44.7.18[17].
De obligationibus et actionibus
54
D.45.1.58.
De verborum obligationibus
55
D.2.11.13.
Si quis cautionibus in iudicio sistendi causa factis non obtemperabit
55
D.6.1.52.
De reivindicatione
55
D.6.1.55.
De rei vindicatione
55
D.35.1.24[23].
De conditionibus, et demonstrationibus, et causis, et modis eorum,…

La aparente falta de correspondencia entre el tema tratado y los fragmentos restantes, podría explicarse por la dificultad de entender el contexto en el que fueron utilizados por Juliano, o error de los copistas al transcribir el número[55].



* Reelaboración de la ponencia “La enseñanza del derecho romano a través del Digesto. De Juliano a Justiniano, estructura y sistema”, presentada en el XIV Congreso Latinoamericano de Derecho Romano, que se llevó a cabo en la Universidad de Buenos Aires, durante los días 15 a 17 de septiembre de 2004.
* Profesor de la materia en la Universidad Externado de Colombia.
[1] Cfr. Lenel Otto, Palingenesia iuris civilis, II, Graz, Akademische Druck, 1960, p. 1207, quien considera que Venuleyo Claudio Saturnino es un único jurista, el mismo al que se refiere Ulpiano como Quinto Saturnino en D. 12.2.13.5 y D. 34.2.19.7, que habría vivido entre  Antonino Pío y Marco Aurelio; en contra, Kunkel, para quien Claudio Saturnino, no Venuleyo, es un jurista de la mitad del siglo II, posiblemente proveniente de una familia de libertos de al menos 3 generaciones.
[2] Cfr. D’ors Álvaro, Derecho Privado Romano, cit., p. 96, que piensa pudo haber sido poco posterior a Modestino; Bretone Mario, Storia del diritto romano, Bari, Laterza, 1987, p. 283: “Non sappiamo nulla di lui (sembra que fosse di nascita non libera) né del tempo in cui è vissuto. Che egli appartenga alla generazione inmmediatamente successiva a quella degli ultimi <> come Modestino, o sia un contemporaneo de Calistrato e di Emilio Macro, è soltanto un’ipotesi”.
[3] Sperandio Marco Urbano, Codex Gregorianus. Origini e vicende, Napoli, Jovene, 2005, p. 86.
[4] Conocido además a través de la Collatio legum mosaicarum et romanarum.
[5] Conocido además a través de los Fragmenta Vaticana, el Edictum Theodorici, la Lex Romana Visigothorum, la Consultatio veteris cuiusdam iurisconsulti, y la Lex Romana Burgundionum.  
[6] Como es sabido, el texto se conoce además, gracias a un manuscrito del siglo x que figura a continuación de la Lex Romana Visigothorum, que fue nuevamente descubierto por Savigny en la Biblioteca del Vaticano a principios del siglo xix, en el fondo de manuscritos de la reina Cristina de Suecia, donde figuraba con el número 1128. Sobre las teorías que lo señalan como simple recomposición posclásica, cfr. Hernández Tejero Francisco, Reglas o Epítome de Ulpiano (Epitome Ulpiani), traducción y notas críticas, pp. XII a XXI. No parece que pueda confundirse con el liber singularis regularum, cfr., Bretone Mario, Storia del diritto romano, cit., p. 364 n. 24: “Un punto dibattuto è l’esistenza di una fonte intermedia: Schulz, e ora T. (A.M.) Honoré, Ulpian, pp. 107-11, la identificano nel liber singularis regularum, pseudo-ulpianeo, che V. Arangio Ruiz, BIDR 35, 1927, pp. 192-195, giudica invece non distinguibile dall’Epitome”.
[7] Cervenca Giuliano, “Il dominato”, Lineamenti di storia del diritto romano, Milano, Giuffrè, 1979, p. 702: “[...] se ha puesto de presente que la obra, cuya primera redacción se remota a fines el siglo III o inicios del IV, ha sido objeto de manipulaciones y sucesivas refacciones durante los siglos IV y V”.
[8] Kunkel Wolfgang, Linee di storia giuridica romana, Spagnuolo Vigorita Tullio y Bianca (trads.), Napoli, Edizioni Scientifiche Italiane, 1973, p. 227: “Alla prima di queste domande ha già dato una risposta, nel 1820, Friedrich Blume, una risposta che da allora in poi ha resistito a qualsiasi verifica critica e che quindi può ben essere considerata una conoscenza ormai acquisita. Eglo osservò che, all’interno di ciascun titolo del Digesto, i brani tratti da determinati gruppi di opere giurisprudenciali classiche figurano solitamente l’uno accanto all’altro. Il nucleo di un primo gruppo è formato dai commentari allo ius civile deglo autori tardo-classici, i libri ad Sabinum di Ulpiano e di Paulo: perciò questo gruppo viene chiamato <>. Un secondo gruppo di escerti, la cosidetta <>, è incentrato sui commentari ad Edictum dei guiristi medio e tardo-classici, e un terzo sulle raccolte di responsa e di quaestiones di Papiniano, Paolo e Ulpiano: quest’ultimo gruppo è chiamato <>, perché in esso i frammenti di Papiniano sono di regola collocati al primo posto. Infine in alcuni titoli del Digesto figura anche un quarto, piú piccolo, gruppo di frammenti tratti da opere di carattere vario, la cosidetta <>. Queste osservazioni (che qui abbiamo potuto riassumere solo a grandi linee) indussero Bluhme a formulare l’ipotesi che la commisione del Digesto fosse divisa in tre sottocommissioni, incaricate di attndere ciascuna ad una determinata parte della letteratura giuridica classica, cioè ad una delle tre masse principali; e che alla fine le masse di escerti allestite dalle tre sottocommisioni fossero state non composte a intarsio all’interno dei singoli titoli, ma invece disposte, cosí come erano, l’una dietro l’altra. L’<>, invece, si compone chiaramente di un certo numero di opere giurisprudenziali che furono ritrovate solo nel corso della loro di compilazione, e che vennero quindi scerpite solo in un secondo tempo”.
[9] La tesis de Honoré y Rodger (1970) que acogiendo la de Bluhme, sostuvieron que la parte principal del trabajo fue por concluida por 6 de los 17 componentes, Triboniano, Constantino (magister officiorum) y cuatro profesores de derecho. Y que éstos, divididos en parejas formaron tres subcomisiones, mientras los 11 abogados eran llamados a cada una de ellas según la necesidad.
[10] Schiavone Aldo, Linee di storia del pensiero giuridico romano, Torino, Giappichelli, 1994, p. 263: “I suoi cinquanta libri sono divisi in sette parti, di cui soltanto le prime tre hanno una certa coerenza architettonica: la struttura codificatoria, se cancellava la storia, non introduceva tuttativa alcun sistema, nel senso moderno della parola”.
[11] Guarino Antonio, Diritto privato romano, 7ª ed., Napoli, Jovene, 1984, p. 134, n. 11.9.3: “Giustiniano, nella costituzione TantaDedocen fissò sette parti dei Digesta, sia per comodità pratica (di divisione in volumina), sia per esigenze didattiche”.
[12] Schiavone Aldo, Linee di Storia del pensiero giuridico romano, cit. p. 263: “I libri erano quasi tutti divisi in titoli, dentro i quali erano riportati i testi giurisprudenziali scelti (di lunghezza variabile, da proche parole a intere pagine) giustapposti in una sequenza tale da dover suggerire l’impressione al lettore di essere i frammenti ricomposti di un solo discorso, che si svolgva per l’intero titolo: effetto, per la verità, al volte riscuito, a volte del tutto mancato”.
[13] Orestano Riccardo, Introduzione allo studio storico del Diritto Romano, 2ª ed rist., Torino, Giappichelli, 1961, p. 43: “Il modesto livello sistematico delle opere di ius civile, il loro riferirsi ad una tradizione assai remota, la maggiore difussione dello schema edittale indubbiamente concorsero a determinare la scelta di quest’ordine, che nelle grandi linee sarà poi seguito anche da Giustiniano nel VI secolo per il suo Codice e con più ampie modifiche per il suo Digesto...”.
[14]  Tafaro  Sebastiano, “Breves notas sobre los infantes en el derecho romano”, Revista de derecho Privado, 14, Espitia Fabio (trad.), Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2008, p. 5: “Esta óptica, movida por la exigencia de razonar con fundamento en las nociones y los conceptos que poseemos, puede ser equivocada y no apta para comprender la realidad romana”.
[15] Id., Pubes e viripotens nella esperienza giuridica romana, Bari, Cacucci, 1988, p. 109: “Il forbito erudito riguardo al primo aspetto inventò o sistemò la leggenda, ancora viva nel linguaggio odierno, dei sette colli, reinterpretando in questo senso esclusivo il significato di Septimontium”.
[16] Id., pp. 106 y 119: “La prima atenzione va rivolta alla formazione del concetto secondo il quale l’età pubere si dovesse ritenere raggiunta al compimento del 14º anno. Gia il Pernice aveva affermato che, in realtà, la fissazione della pubertà ad un’età determinata ed in particolare al 14º anno sicuramente non proveniva da concetti originari dei Romani; doveva, invece derivare dalle credenze sulle influenze misteriche dei numeri. In tempi più recenti il Durry ha sostanzialmente confermato l’ipotesi di un’origine non romana della presunzione puberale; egli si è dichiarato convinto che la scelta del numero 14 fosse dipesa dalla influenze pitagoriche, le quali avrebbero suggerito l’adozione l’adozione di quel numero, perché, a sua volta multiplo del numero sette, era ritenuto dotato di poteri magici e naturali sulla vita dell’uomo; da questo numero si sarebbe passato alla determinazione della presunzione dela pubertà feminile in dodici anni, fissata volutamente in un numero inferiore di anni, per venire incontro al desiderio di sposare la fanciulle quando erano ancora nel’età di formazione […] Tante e tali erano le virtù attribuite al ‘sette’ che il numero fu assunto come simbolo dell’eccelenza, nell’ordine della natura: si arrivò ad ipotizzare che tutte le cose e i momenti più importanti (dall’anima del mondo, alle sasi lunari, ai cicli del sole e dell’energia, ad esempio) fossero ordinati in base a quel numero. Furono questi i motivi che spinsero ad interpretare la cascita e lo sviluppo dell’Urbs ssecondo una partizione, anche fisica, di tipo settenario, che dovette sembrare la più idonea a mettere in risalto il ruolo centrale assunto, nel mondo, da Roma. E poiché i canoni valevoli per le città disciplinavano anche le vicende individuali, si applicò anche alla vita umana la scansione articolata sul numero sette, che (con i suoi multipli) me doveva segnare le tappe e gli eventi più salienti”.
[17] No sólo tradujo al latín varias obras antiguas a las que añadió comentarios o compilaciones, sino que fue autor de otras sobre filosofía, teología, música y cada una de las ramas del quadrivium, cfr., Fraile Guillermo, Historia de la Filosofía, I, Grecia y Roma, 5ª ed., Urdanoz Teófilo (corrección y actualización), Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1982, p. 796: “[En su De consolatione philosophiae, redactada en prisión] podemos ver un hermoso modelo de filosofía cristiana, aun cuando su desarrollo se realice en forma de una especulación puramente racional”.
[18] Laboró sobre teología, filosofía, física, astronomía, aritmética y geografía. Cuando era pagano se dedicó a comentar obras de Aristóteles. Considerado hereje por  Leoncio de Bizancio y más tarde por Juan Damasceno. Luego de su conversión al cristianismo, escribió textos sobre las escrituras y teología cristiana en general.
[19] En García Bazán Francisco, La concepción pitagórica del número y sus proyecciones, Buenos Aires, Biblos, 2005, pp. 35 ss., cfr., simismo, Copleston Frederick, Historia de la Filosofía, I, Grecia y Roma, 6ª ed., García de la Mora Juan Manuel (trad.), Barcelona, Ariel, 2001, p. 455 ss;
[20] Lo que le llevó a decir: “No se trata de exponer doctrinas nuevas, sino las enseñadas por los antiguos varones y, por lo tanto, exponemos la aritmética de Nicómaco sin cada que quitar o agregar”
[21] González Urbaneja Miguel, Pitágoras. El filósofo del número, Madrid, Nivola, 2001, p. 97: “Uno de los párrafos más notables sobre el número diez (continuación de uno aludido anteriormente) es de Jámblico, al comentar el opúsculo Los números pitagóricos de Pseusipo, donde se hace un panegírico del número diez en funciones meta-aritméticas, simbólicas y teológicas: ‘En la mitad restante del libro trata explícitamente de la década mostrando ser el más físico y perfecto de los seres, algo así como una idea para todo ente cósmico perfecto, idea por sí misma artífice (y no porque nosotros lo pensemos o por casualidad), principio, fundamento y paradigma de todo en todo acabado, ‘presente ante Dios, el hacedor de todo’ […] Tenía para ellos [el número diez] tanta significación esotérica como el pentagrama místico, […] El número diez, cuya veneración, paradójicamente, no es tributaria de la anatomía de la mano del hombre, es la quintaesencia del misticismo pitagórico”. 
[22] Cfr., Copleston Frederick, Historia de la Filosofía. De San Agustín a Escoto, II, 4ª ed., García Borrón Juan  Carlos (trad.), Barcelona, Ariel, 2000, pp. 84 y 85: “San Agustín hizo uso del tema platónico de los números, que se remonta al pitagoreísmo. Naturalmente, su modo de tratar los números nos parece a veces excesivamente imaginativo e incluso fantástico, como cuando habla de numeros perfectos o imperfectos, o interpreta referencias a números en las Escrituras; pero, hablando en general, considera los números como el principio del orden y de la forma, de la belleza y la perfección, de la proporción y la ley. Así, las ideas son números eternos, mientras que los cuerpos son números temporales, que se despliegan en el tiempo […] Además, lo mismo que el número matemático tiene su principio en el uno y termina en un número que es también  un entero, así la jerarquía de los seres comienza en el supremo Uno, Dios, que trae la existencia y se refleja en unidades más o menos perfectas. Esa comparación o paralelo entre el número matemático y el número metafísico derivaba, indudablemente, de Plotino, y, en general, el tratamiento agustiniano del número no añade nada sustancial al tratamiento ya concedido al tema en la tradición platónico-pitagórica”.
[23] Boecio, Institución Aritmética, Sánchez Manzano María Asunción (edición y trad.), León, Universidad de León, 2002. Esta obra fue copiada, condensada, escrita y copiada de nuevo y sirvió de texto de referencia para los trabajos de aritmética de numerosos autores latinos de los siglos posteriores, incluso se tiene conocimiento de una edición completa aparecida en el año 1521 en París, cfr., Colette Jean Paul, Historia de las matemáticas, I, González Gayoso Pilar, 4ª ed., México, Siglo XXI, 2000, pp. 219 y 220. La De Arithmetica de su discípulo Casiodoro (490-?) fue también manual de la materia a comienzos de la Edad Media, mientras que en las Etimologías de Isidoro de Sevilla, reelaboración de las de Casiodoro recurrió a las Escrituras para demostrar que Dios creó el Universo basándose en los conceptos de número, medida y peso, dio una interpretación mística de los números del 1 al 20, 24, 30,40, 46, 50 y 60, consideró que la libra era un peso perfecto pues corresponde a 12 onzas que era el mismo número de meses de un año, dijo que las 22 acciones de Dios en la creación del mundo, explicaban las 22 generaciones de Adán a  Jacob, y los 22 libros del Antiguo Testamento. Tal importancia atribuía al número, que afirmaba que si se suprimía todo lo existente desaparecería.
[24] Sobre su influencia posterior a raíz de la hipótesis explicativa del movimiento, el rechazo a la tesis de la vida de los cuerpos celestes, el repudio a la astrología, al considerar que suprimía las leyes, la justicia, las admoniciones, las reprimendas, los elogios, las condenas y los castigos, es decir, todo lo que dependía de creer en la concepción del libre albedrío, la aseveración de que Platón era discípulo de Moisés y lector de la Biblia, el rechazo a la concepción de Proclo sobre la eternidad del mundo, y en qué forma influyó tanto en el pensamiento cristiano de occidente - en particular en Tomás de Aquino – como en el mundo árabe, cfr. Tatakis Basilio, Filosofía Bizantina, Ñánez Demetrio (trad.), Sudamericana, pp. 50 a 59; Puig MOntada Josep, “”Averroes”, Filosofías no occidentales, Madrid, Trotta, 1999, pp. 301 a 303.
[25] García Bazán Francisco, La concepción pitagórica del número y sus proyecciones, cit., p. 109: “Sin embargo, toda esta riqueza de la interpretación exigida por la misma naturaleza polisémica del número matemático, que se proyecta desde la mente en su realidad originaria y su presencia en las relaciones cósmicas y sociales, va a ser conservada, por una parte, en relación con la tradición aritmética nicomaquea, en el neoplatonismo ateniense y alejandrino (Proclo, Ammonio de Hermias, Asclepio de Tralles, Juan Filopono, Sotérico, Boecio, Miguel Pselo y Jorge Pachímero) y árabe (Thâbit ibn Qurra), pero se restringirá gradualmente en sus aspectos científicos, técnicos y epistemológicos, en la forma como modernamente se interpreta a Euclides como adre de la ciencia matemática…”.
[26] De francisci Pietro, Vita e studii a Berito. Tra la fine del V e gli inizii del VI secolo, Roma, Accademia dei Lincei, 1912, pp. 7 y 8: “Accanto alla grammatica e alla retorica i giovani non trascuravano lo studio della filosofia: […] Al termine di questi corsi preparatorii di grammatica e retorica, greche e latine, e di filosofia, i giovani potevano dedicarsi agli studii superiori, che anche in Alessandria avevano cultori insigni e rinomati. Però non sembra che la scuola giuridica di Alessandria godesse di fama uguale a quella della sua scuola di medicina, tanto che, come vedremo, la maggior parte dei giovani, che si dedicavano in Alessandria agli studii preparatorii, passavano poi a Berito per attendere agli studii giuridici […] L’elenco stesso di questi studenti e delle città dlle quali erano oriundi dimostra come la scuola di Berito dovesse godere di una fama di molto superiore a quella della scuola di Alessandria e fors’anche a quella della scuola di Costantinopoli”.
[27] Cfr., Schiavone Aldo, Linee di Storia del pensiero giuridico romano, cit: “Al nuovo grandioso codice-antologia fu dato il nome di Digesta o Pandectae: pronto in tre anni (con una rapidità che ha fatto a lundo interrogare i moderni circa il metodo seguito nella redazione), fu pubblicato (costitutuzione Tanta) il 16 dicembre del 533, ed entrò in vigore il 30 dello stesso mese”.
[28] Cfr. nota al art. 921 del Código Civil Argentino de don Dalmacio Vélez Sarsfield, cuando refiriéndose a la división en la edad de las personas, desde el nacimiento hasta el fin del año 7 y hasta el año 14 dice: “Los romanos seguían una antigua doctrina de la filosofía griega, que atribuye una virtud oculta al número 7, doctrina que por motivos religiosos era seguida en la Edad Media, e hizo dividir en siete partes el gran Código de España, conocido bajo el nombre de las Siete Partidas, y como están divididos en siete partes los cincuenta libros del Digesto, por la razón misteriosa, que expresa Justiniano en su Constitución Tanta”.
[29] Como la adopción, o del teorema pitagórico a partir del triángulo egipcio (pues los catetos 4 y 3 conforman un triángulo rectángulo con hipotenusa de 5, y el área de los cuadrados que conforman los catetos es igual al área del cuadrado construido sobre la hipotenusa, y el total es 50), o de la séptima terna pitagórica de Platón, cfr., González Urbaneja Miguel, Pitágoras. El filósofo del número, cit., p. 168: “En la búsqueda de ternas pitagóricas, Platón encontró una ley de formación que se puede expresar en la forma: a = 2 m, b = m2 -1), c = (m2 + 1) que permite obtener las ternas pitagóricas de Platón. Resultan ser ternas en las que la hipotenusa y el cateto mayor se diferencian en dos unidades”, es decir, 14 = 2 x 7, 48 = (49 – 1), 50 = (49 + 1).
[30] La primera pudo tener 4 libros, pues no sólo Roma fue organizada con fundamento en el cuadrado, sino porque 4 era considerado el primer número sólido, pues los 4 puntos estructuran la primera pirámide del triángulo; si se acudió al 8, el primer número cubo, “el número más exacto” porque su plenitud proviene de ser la suma de 2 cuadrados iguales (4 + 4), y que para los pitagóricos, como se vió, era el “verdadero número de la justicia” (Com. 1.5.17) para conformar la tercera, cuarta y sexta partes; finalmente, si el que para formar la quinta se haya debido acudir al 9, que símbolizaría la justicia por ser sus factores iguales (3 X 3), permitiría a su vez explicar la “sin razón” de la división del tema de los legados en los libros 30, 31 y 32.
[31] Del anónimo: D.28.5.44[42]; D.34.2.28[29]; D.34.8.2; D.35.1.27[26]; D.38.1.26; D.39.2.43; D.39.4.15; D.40.1.6; D.40.1.7; D.40.7.14; D.44.1.14; D.44.7.20; D.50.16.202; D.50.16.203. D.4.6.42; D.4.8.50[53]; D.5.1.76; D.6.1.57; D.8.5.17; D.9.1.5; D.9.2.52[53]; D.11.3.16; D.15.3.16; D.18.6.11; D.19.1.26[27]; D.19.2.27[30]; D.19.2.29[32]; D.34.2.28[29]; D.34.8.2; D.35.1.27[26]; D.38.1.26; D.39.2.43; D.39.4.15; D.40.1.6; D.40.1.7; D.40.7.14; D.44.1.14; D.44.7.20[21]; D.50.16.202; D.50.16.203. Del de Paulo: D.7.1.11[12]; D.8.2.33[32]; D.8.3.29; D.8.3.30; D.8.4.15[16]; D.10.3.27; D.10.4.19; D.12.6.36; D.13.7.30; D.18.1.40; D.18.6.12; D.18.6.14; D.19.2.30[33]; D.19.2.31[34]; D.19.5.23[25]; D.21.2.44; D.21.2.45; D.23.4.19; D.23.5.8; D.23.4.19; D.23.5.8; D.28.5.45[43]; D.28.5.45[43]; D.30.106; D.32.60[59]; D.32.61[60]; D.35.1.28[27]; D.39.3.24; D.42.1.62; D.46.3.35; D.47.2.57[59]; D.48.22.3; D.50.16.204; D.50.16.205, Cfr. En relación con las dos obras, Bretone Mario, Tecniche e ideologie dei giuristi romani, 2 ed., Napoli, Edizioni Scientifiche Italiane, 1982, p. 91.
[32] D.4.3.32[33]; D.4.4.39; D.4.8.44; D.8.5.20; D.12.6.67; D.13.7.43; D.14.3.20; D.15.1.58[59]; D.15.3.21; D.17.1.62; D.18.1.81; D.18.3.8; D.18.5.9; D.18.5.10; D.19.1.52[53]; D.19.2.61[64]; D.20.1.34; D.20.2.10; D.20.4.21; D.20.5.14; D.20.6.15; D.22.1.47; D.22.1.48; D.22.3.27; D.22.3.29; D.23.3.85[87]; D.24.1.66; D.25.4.4; D.26.2.34; D.26.3.11; D.26.7.56[55]; D.26.7.57[56];  D.26.7.58[57]; D.26.7.59[58];  D.26.8.20; D.26.8.21; D.28.3.20; D.29.2.98; D.29.5.26; D.32.32; D.32.33; D.32.34; D.32.35; D.32.36; D.32.37; D.32.38; D.32.39; D.32.40; D.32.41; D.32.42; D.32.101; D.32.102; D.33.1.18; D.33.1.19; D.33.1.20; D.33.1.21; D.33.2.32; D.33.2.33; D.33.2.34; D.33.2.35; D.33.2.36; D.33.2.37; D.33.4.14; D.33.5.21; D.33.5.22; D.33.7.6; D.33.7.7; D.33.7.27; D.33.7.28; D.33.8.23; D.34.1.15; D.34.1.16; D.34.1.17; D.34.1.18; D.34.1.19;  D.34.2.13; D.34.2.15; D.34.2.16; D.34.2.18; D.34.2.40; D.34.3.28; D.34.5.29[30]; D.34.9.26; D.35.1.108[106]; D.35.1.109[107]; D.35.2.94[93]; D.35.2.95[94]; D.36.1.75; D.36.1.76; D.36.1.77; D.36.1.78; D.36.1.80; D.36.2.31; D.36.3.18; D.39.5.35; D.40.4.29; D.40.4.59; D.40.4.60; D.40.5.17; D.40.5.18; D.40.5.19; D.40.7.40; D.41.4[5].14; D.41.9[10].3; D.42.1.64; D.42.8.23; D.44.4.17; D.44.7.61; D.45.1.122; D.46.1.45; D.46.3.88; D.46.3.89; D.46.3.90; D.46.7.20; D.48.10.24; D.49.1.28; D.50.1.24; D.50.7.12; D.50.9.6; D.50.16.243.
[33] D.1.18.17; D.1.3.17; D.1.3.18; D.1.3.19; D.1.3.24; D.1.3.39; D.1.3.4; D.1.3.5; D.1.5.19; D.1.7.5; D.1.7.7; D.2.14.33; D.2.15.12; D.4.4.28; D.5.1.31; D.5.3.45[48]; D.6.1.49; D.7.1.2; D.8.1.10; D.8.1.9; D.8.3.11; D.8.6.12; D.8.6.6; D.12.1.32; D.12.1.42; D.12.4.16; D.12.6.47; D.12.6.48; D.13.1.15; D.15.1.6; D.16.3.32; D.17.1.48; D.17.1.50; D.17.2.75; D.18.1.59; D.19.1.12[13]; D.19.1.38[39]; D.19.5.2; D.21.2.10; D.21.2.62; D.22.3.11; D.22.3.12; D.22.3.13; D.22.3.17; D.22.3.9; D.23.2.22; D.23.2.23; D.23.3.58; D.23.3.60; D.24.1.47; D.24.1.48; D.26.5.11; D.27.5.2; D.27.8.7; D.28.1.27; D.28.5.24; D.28.5.26; D.28.5.59[57]; D.28.5.60[58]; D.28.7.21; D.29.4.25; D.29.7.18; D.30.63; D.31.15; D.31.18; D.31.19; D.31.20; D.31.21; D.31.22; D.31.27; D.31.29; D.31.30; D.32.43[42]; D.32.79[78]; D.32.80[79]; D.33.10.7; D.33.2.14; D.33.8.13; D.33.8.25; D.34.2.3; D.34.5.25[26]; D.34.5.26[27]; D.34.7.1; D.35.1.49[47]; D.35.2.50; D.35.2.53; D.37.6.6; D.37.6.7; D.38.1.30; D.38.16[17].7; D.39.5.21; D.40.2.19; D.40.7.23; D.41.1.51; D.41.2.18; D.42.1.11; D.42.1.13; D.42.1.14; D.42.1.39; D.42.7.3; D.43.19.7; D.43.24.18; D.43.26.11; D.43.26.12; D.43.8.3; D.44.7.51; D.45.1.97; D.45.1.99; D.46.2.25; D.46.2.26; D.46.3.69; D.46.3.70; D.46.3.71; D.46.3.87; D.47.2.67[69]; D.48.19.21; D.48.3.11; D.49.15.2; D.50.15.6; D.50.16.158; D.50.16.86; D.50.16.88; D.50.16.93; D.50.16.94; D.50.16.96; D.50.16.97; D.50.16.98; D.50.17.184[144]; D.50.17.185[145]; D.50.17.186[146]; D.50.17.187[147]; D.50.17.188[148]; D.50.17.189[149]; D.50.17.190[150]; D.50.17.191[151]; D.50.17.193[153].
[34] D.1.3.10; D.1.3.11; D.1.3.12; D.1.3.15; D.1.3.20; D.1.3.32; D.1.5.26; D.1.7.26; D.1.7.27; D.1.18.8;  D.1.21.3;  D.2.1.5;  D.2.10.3; D.2.11.13; D.2.14.55[54]; D.3.3.75; D.3.5.30[29]; D.4.2.18; D.4.4.41; D.4.6.41; D.4.8.47[50];  D.4.8.49[52]; D.5.1.25; D.5.1.27; D.5.1.74; D.5.1.75; D.5.3.54[57]; D.5.3.55[58];  D.5.4.7;  D.5.4.8;  D.6.1.34; D.6.1.52;  D.6.1.55;  D.6.1.56;  D.7.1.34; D.7.2.4[5]; D.7.4.7; D.7.4.17; D.7.5.6; D.7.6.3; D.7.6.4;  D.8.1.16; D.8.2.32[31];  D.8.2.37[36];  D.8.3.27;  D.8.3.28; D.8.5.16; D.9.2.42; D.9.2.47; D.9.2.51; D.9.4.16; D.9.4.39; D.9.4.40; D.10.1.9; D.10.1.10;  D.10.2.51[52];  D.10.3.24; D.10.3.25; D.10.4.8; D.11.7.18; D.12.1.19; D.12.1.20; D.12.1.21;  D.12.2.12; D.12.2.39;  D.12.2.40;  D.12.4.7;  D.12.4.11; D.12.6.20;  D.12.6.32;  D.12.6.33;  D.12.6.34;  D.12.6.35;  D.13.1.14;  D.13.5.2;  D.13.5.23;  D.13.6.19;  D.13.7.28;  D.13.7.29; D.14.2.6; D.14.3.12; D.14.4.8; D.14.4.12; D.14.6.14;  D.15.1.16[17];  D.15.1.28[29];  D.15.1.37[38];  D.16.1.14;  D.16.1.15; D.16.2.2;  D.16.3.15;  D.17.1.30;  D.17.1.31;  D.18.1.39;  D.18.2.10[13];  D.18.2.17[20];  D.18.4.18;  D.18.4.19; D.18.5.5; D.19.1.22[23];  D.19.1.23[24];  D.19.1.24[25];  D.19.1.25[26]; D.19.2.16[18];  D.19.2.18[20];  D.19.5.3;   D.21.2.7;  D.21.2.8; D.21.2.39; D.21.2.40;  D.21.2.43;  D.22.1.25; D.22.3.20;  D.23.1.11;  D.23.2.11;  D.23.2.18;  D.23.3.44;  D.23.3.46;  D.23.3.47; D.23.4.13;  D.23.4.18;  D.23.4.21;  D.23.5.7;  D.24.1.4;  D.24.2.6;  D.24.3.30; D.24.3.31;  D.25.2.22;  D.25.3.2; D.25.4.2;  D.26.3.3;  D.26.7.18[17];  D.26.8.12;  D.26.8.13; D.26.8.14;  D.27.1.20[22];  D.27.2.4;  D.27.4.2;  D.27.4.4; D.27.8.3;  D.27.8.5; D.27.10.7;  D.28.1.12;  D.28.2.13;  D.28.5.7; D.28.5.16;  D.28.5.22;   D.28.5.37;  D.28.5.38;  D.28.5.40;  D.28.5.42; D.28.6.19[17]; D.28.6.25[23]; D.28.6.26[24]; D.28.6.27[25];  D.28.6.28[26];  D.28.6.30[28];  D.28.7.11;  D.28.7.13; D.29.1.20;  D.29.2.41;  D.29.2.43;  D.29.2.44;  D.29.4.21;  D.29.4.22;  D.29.7.2;  D.29.7.3;  D.29.7.4;  D.30.6; D.30.18;  D.30.60;  D.30.79;  D.30.81;  D.30.82; D.30.84;  D.30.86;  D.30.89;  D.30.91;  D.30.92;  D.30.94;  D.30.96;  D.30.97;  D.30.98;  D.30.99;  D.30.100; D.30.101;  D.30.102;  D.30.103;  D.32.59[58];  D.33.2.10;  D.33.4.3;  D.33.5.9; D.33.5.10;  D.33.5.11;  D.33.6.5;  D.33.8.12; D.34.3.10;  D.34.3.11;  D.34.3.12;  D.34.3.13;  D.34.4.8; D.34.4.10;  D.34.4.11;  D.34.5.11[12];  D.34.5.12[13];  D.34.8.1;  D.35.1.21[20];  D.35.1.22[21];  D.35.1.23[22];  D.35.1.24[23];  D.35.1.25;  D.35.1.26;  D.35.1.106;  D.35.2.51; D.35.2.83[82];  D.35.2.84[83];  D.35.2.85[84];  D.35.2.86[85];  D.35.2.87[86];  D.36.1.23;  D.36.1.25;  D.36.1.27;  D.36.2.11; D.36.2.16;  D.36.2.17;  D.36.2.18;  D.36.2.19;  D.36.4.6;  D.37.4.13; D.37.4.5;  D.37.5.2;  D.37.5.4; D.37.5.6;  D.37.5.17;  D.37.6.3;  D.37.10.4;  D.37.10.7;  D.37.11.7;  D.37.11.8;  D.37.15.2; D.38.1.11; D.38.1.23;  D.38.1.24;  D.38.1.25;   D.38.2.11; D.38.2.13;  D.38.2.20;  D.38.2.21;  D.38.2.23;  D.38.2.24;  D.38.5.6;  D.38.5.8;  D.38.5.9;  D.38.6.2;  D.38.7.1;  D.38.7.4; D.38.8.3; D.38.13.1; D.38.15.4; D.38.16.6; D.38.16.8; D.39.1.13;  D.39.1.14;  D.39.1.2;  D.39.1.6; D.39.2.42;  D.39.5.1;  D.39.5.2;  D.39.5.14;  D.39.6.13;  D.39.6.14;  D.39.6.15;  D.39.6.16[15];  D.39.6.17[16];  D.39.6.18[17];  D.39.6.19[18];  D.40.2.4;  D.40.2.5;  D.40.4.15;  D.40.4.16;  D.40.4.17;  D.40.5.47;  D.40.5.48;  D.40.7.12;  D.40.7.13;  D.40.9.5;  D.41.1.36;  D.41.1.37;  D.41.2.36;  D.41.2.38;  D.41.3.33;  D.41.4[5].7;  D.41.5[6].2;  D.42.1.60;  D.42.1.61;  D.42.6[7].6;  D.42.7[8].5;  D.42.8[9].15;  D.42.8[9].17;  D.43.16.17;  D.43.20.4;  D.43.24.14;  D.43.26[25].18;  D.43.26[25].19;  D.43.33[32].1;  D.43.7.2; D.43.8.6;  D.43.8.7;  D.44.1.13;  D.44.2.8;  D.44.2.10;  D.44.2.16;  D.44.2.24;  D.44.2.25;  D.44.7.15[14];  D.44.7.16[15];  D.44.7.17[16]; D.44.7.18[17];  D.44.7.19;  D.45.1.53;  D.45.1.54;  D.45.1.55;  D.45.1.56;  D.45.1.57;  D.45.1.58;  D.45.1.59;  D.45.2.5;  D.45.2.6;  D.45.3.1;  D.45.3.10;  D.46.1.7; D.46.1.11; D.46.1.12;  D.46.1.13;  D.46.1.14;  D.46.1.15;  D.46.1.16;  D.46.1.17;  D.46.1.18;  D.46.2.15;  D.46.3.13; D.46.3.32;  D.46.3.33;  D.46.3.34;  D.46.4.17; D.46.7.4; D.46.7.14;  D.46.8.22;  D.47.2.56[58];  D.47.6.2; D.47.6.4; D.47.10.36;   D.47.12.6;  D.48.5.5;  D.48.10.5;  D.49.15.22; D.49.15.23;  D.50.16.200;  D.50.16.201; D.50.17.62;  D.50.17.63;  D.50.17.64;  D.50.17.65;  D.50.17.66;  D.50.17.67.
[35] D.1.7.18; D.1.7.20; D.1.7.38; D.1.9.2; D.4.1.7; D.5.1.30; D.5.2.10; D.5.2.3; D.5.2.5; D.7.1.71; D.7.8.20; D.8.2.10[9]; D.8.5.11; D.8.6.11; D.8.6.13; D.9.2.34; D.9.2.36; D.11.7.35; D.11.8.2; D.12.3.8; D.13.6.16; D.16.3.22; D.17.1.49; D.18.1.60; D.18.1.61; D.18.7.4; D.20.1.27; D.21.2.61; D.22.3.10; D.23.2.41; D.23.3.59; D.23.5.17; D.24.1.49; D.24.3.57[58]; D.25.2.20; D.26.7.28[27]; D.26.7.29[28]; D.26.7.30[29]; D.27.10.12; D.28.4.3; D.28.7.23; D.28.8.10; D.29.1.29; D.29.1.31; D.29.1.8; D.29.2.75; D.29.4.5; D.29.4.7; D.29.5.16; D.29.7.19; D.29.7.9; D.30.83; D.31.17; D.31.23; D.31.25; D.31.26; D.31.28; D.31.50[51]; D.33.2.15; D.33.3.2; D.33.3.3; D.34.5.24[25]; D.35.1.47; D.35.1.48[46]; D.35.2.2; D.35.2.52; D.35.2.54; D.35.2.55; D.35.2.56; D.35.2.57; D.35.3.5; D.36.1.44; D.37.10.10; D.37.12.4; D.37.5.25; D.37.8.3; D.38.15[16].5; D.38.2.31; D.38.2.32; D.39.1.22; D.39.5.20; D.39.6.34[33]; D.40.1.15; D.40.13.2; D.40.14.1; D.40.4.42; D.40.5.10; D.40.5.9; D.40.7.24; D.41.2.19; D.41.2.20; D.41.3.17; D.41.6[7].2; D.42.1.10; D.42.1.12; D.42.1.37; D.42.8.12; D.43.16.12; D.44.1.9; D.44.2.19; D.44.3.2; D.45.1.94; D.45.1.95; D.45.1.96; D.45.1.98; D.46.1.38[39]; D.46.3.67; D.46.3.68; D.46.3.72; D.46.3.73; D.46.8.17; D.47.2.68[70]; D.47.2.70[72]; D.47.6.5; D.48.10.26; D.48.13.12[13]; D.49.1.15; D.49.15.1; D.50.1.31; D.50.16.85; D.50.16.87; D.50.16.95; D.50.17.183[143]; D.50.17.192[152].
[36] Cfr. D’ors Álvaro, Derecho Privado Romano, 5ª ed. revisada, Pamplona, Universidad de Navarra S.A., 1983, p.77, n. 2.
[37] Cfr, ed. Haloandro.
[38] Cfr, ed.  Haloandro.
[39] L. 25 ed. Haloandro.
[40] Cfr. ed. Haloandro.
[41] Cfr. ed. Haloandro.
[42] Cfr. ed. Haloandro.
[43] Cfr. ed. Haloandro.
[44] L.17 ed. Haloandro.
[45] L.17 ed. Haloandro.
[46] L. 21 ed. Haloandro.
[47] Cfr. ed. Haloandro.
[48] La que se refería al hurto,  por lo que los 6 fragmentos pertinentes se llevaron al L.47 (delitos privados)  o al L.9 (acciones noxales).
[49] No L.23. En igual sentido, Lenel Otto, Palingenesia Iuris Civilis, I, Graz, Akademische Druck – U. Verlagsanstalt, p. 377.
[50] Ed. Haloandro.
[51] L. 14 ed. Haloandro.
[52] L. 15 ed. Haloandro.
[53] L. 2 ed. Haloandro.
[54] Cfr, ed. Haloandro.
[55] L.1: D.13.6.19. L.2: D.50.16.200. L.4: D.44.7.15[14]. L.7: D.19.1.22[23] (¿L.15?,  compraventa.  L.12 ed. Haloandro); D.40.7.12 (¿L.8?, actio familiae erciscundae). L.9: D.44.2.24 (¿L.7?, rei vindicatione). L. 13: D.12.2.40 (¿L.11?, actio pigneraticia o ¿L.54?, aceptilación); D.17.1.30 (¿L.14?, acción de mandato); D.19.1.23[24] (¿L.15?, correspondiente con D.18.1); D.21.2.7 (¿L.15?, correspondiente con D.18.1); D.41.1.36; D.41.2.36; D.43.26[25].18 (¿L.49?, precario); D.44.7.16[15] (¿L.49?, precario); D.46.2.15 (¿L.15?, acorde con D.18,1); D.46.3.32 (de Ulpiano en la Vulgata); D.18.2.10 (¿L.15?,  debió aludir al pacto in diem addictione); D.35.2.84[83]. L.14: D.19.5.3 (No es clara la hipótesis que refiere el fragmento, además,  se le vincula a un texto de Celso que menciona la actio praescriptis verbis, que es interpolada); L.15: D.1.3.12; D.33.6.5. L.16: D.45.1.53. L.17: D.50.17.63. L.18: D.12.1.20 (¿L.17?); D.24.3.31[32]; D.35.2.85[84] (¿L.16?). L.22: D.45.2.5 (¿L.52?). L. 23: D.37.11.7 (¿L.24?); D.28.6.25[23] (¿L.30?). L.24: D.37.4.5 (¿L.23?);  L.25: D.18.4.19 (¿L.15?); D.38.2.20 (L.22?). L.26: D.29.2.41 (¿L.30?). L.27: D.1.3.15; D.29.1.20 (¿L.30?); D.38.2.23 (¿L.26?). L. 29: D.28.5.37 (¿L.30?); D.28.6.26[24] (¿L.30?); D.28.7.11 (¿L.30?); D.39.6.16[15] (¿L.18?), D.50.17.64. L.31: D.26.8.14 (ad Urseium Ferocem ed. Haloandro). L.36:  D.5.1.75. D.45.1.55. L. 39: D.12.6.33 (¿L.10?, cfr. ed. Haloandro). L.41: D.43.20.4 (¿L.7?). L. 42: D.30.97. L.43: D.22.3.20; D.35.1.23[22]; D.43.8.6; D.46.1.12 (¿L.53?). L.45: D.12.6.35 (¿L.10? L.9 ed. Haloandro); D.47.10.36. L.47: D.29.2.44; D.39.6.17[16]; D.46.1.14 (¿L.50?). L.48: D.5.4.8; D.12.1.21. L.49: D.39.1.2 (¿L.41?);  D.39.1.14 (¿L.41?); D.42.8[9].15 (¿L.47?); D.42.8[9],17 (¿L.47?). L.51: D.10.1.10. L.52: D.30.98[101]. L.53: D.45.1.57 (¿L.52?). L.54: D.34.4.11; D.50.17.65. L.55: D.1.3.20.